La sostenibilidad o RSC es mucho más que una moda o una preocupación pasajera. Representa un cambio de paradigma que responde a una necesidad real de las compañías por adaptarse a un entorno cambiante y retador.
Por tanto, las organizaciones que quieran sobrevivir en este nuevo contexto tendrán que ser más conscientes que nunca de su impacto social y ambiental, modificando su oferta de valor para conectar mejor con sus grupos de interés
En este sentido, el sector legal ha de jugar un papel fundamental, no solo para lograr una mayor calidad de los servicios jurídicos sino también para afianzar su postura frente al compromiso y la responsabilidad que implica este reto de vital importancia.
La sostenibilidad, tal y como la entendemos hoy en día, surge como un sistema necesario que va más allá de ser una solución transitoria, sino que se trata del futuro común para el perfecto equilibrio entre el desarrollo económico y, a su vez, el cuidado medioambiental.
Es más, en los últimos años hemos sido testigos de cómo la sostenibilidad ha pasado de entenderse como una mera cuestión de acción social o filantropía, a convertirse en un excelente nexo de unión entre consumidores y empresas.
Aplicado al mundo empresarial hablamos de la RSC, la responsabilidad social corporativa, como una cultura orientada al cambio sustentada en la propia sostenibilidad como método de supervivencia y enfocada a convertir a las empresas de cualquier tamaño y sector en corporaciones más competitivas, más eficaces y más estables en el mercado; una buena estrategia de sostenibilidad , que mejore la oferta de valor puede llegar atraer nuevas oportunidades negocio y nuevos nichos de mercado que amplíen el target inicial.
De la misma manera sucede en el mundo de la empresa jurídica, donde se entiende la sostenibilidad como vía para nuevas especializaciones.
Por tanto, es de suma importancia la aplicación de los criterios ASG: ambientales, sociales y de gobierno corporativo.
El primero afecta a todos aquellos factores que alteran de manera negativa y positivamente al medio ambiente; el segundo referente a cuestiones sociales como derechos de los trabajadores o prácticas corporativas; y el último relacionado con asuntos de gestión, transparencia y rendición de cuentas, entre otros.
Uno de los marcos reguladores más importantes al respecto son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por la ONU e incluidos dentro de la Agenda 2030 que pretenden una prosperidad económica mundial sin renunciar al cuidado del medioambiente.
Unos objetivos a los que ya se han sumado numerosas corporaciones legales a través de la Red Española del Pacto Mundial.
Para alcanzar los ODS, las empresas jurídicas deben aportar herramientas suficientes y garantizar un férreo compromiso con la sostenibilidad, lo que se traduce en una integración total y transversal de ésta en sus estrategias y modelos de negocio. De esta manera el futuro de las corporaciones jurídicas está asegurado.
El resultado de aplicar una buena estrategia de responsabilidad social es, por ejemplo, la ampliación de una a dos entidades jurídicas dentro del Ranking Merco Responsabilidad y Gobierno Corporativo, que incluye a las 100 empresas españolas más responsables con la sostenibilidad.
Una representación para los profesionales que posiciona a la abogacía española como un sector innovador y sensibilizado con el medio ambiente en consonancia con las necesidades de la sociedad.
Tal es así, que el creciente interés de empresas e inversores por el medio ambiente y la sostenibilidad, según el estudio “La visión de los asuntos ASG desde el Consejo de Administración”, abre la puerta a nuevas oportunidades de negocio y de diferenciación.
Además, se suma la cantidad de nuevas legislaciones que han ido surgiendo al respecto, y donde el sector legal se ha establecido como un nexo clave en las relaciones legislativas con el resto de grandes y pequeñas corporaciones que buscan adaptar sus propias políticas de empresa en consonancia con la sostenibilidad.
La apuesta por la sostenibilidad no solo es una obligación que parte primero de los ODS, sino que trata también de la necesidad de convertir el ejercicio de la abogacía en una actividad eficaz que reduzca el impacto medioambiental.
En muchas ocasiones se trata incluso de una exigencia por parte de los clientes que buscan conocer el nivel de compromiso de las compañías jurídicas con la sostenibilidad.
La sostenibilidad es, ante todo, una enorme responsabilidad que todas las corporaciones deberían imponerse para fomentar un desarrollo y crecimiento económico sostenible en el tiempo.
por José María Palomares.
Fuente: https://confilegal.com/20211019-opinion-sostenibilidad-en-el-sector-legal/