El voluntariado como recurso para mejorar la salud mental de los adolescentes

Mejorar la salud mental de los adolescentes es un asunto prioritario. Pese a la influencia de la pandemia en la proliferación de problemas psicológicos, una vez que esta quedó atrás no se han observado mejoras significativas en esta preocupante tendencia. Para revertir tal escenario, además de las correspondientes terapias y de la acción familiar, hay otras acciones complementarias: existen estudios recientes que apuntan a la realización personal, a través del voluntariado, como una posible solución.

Depresión y ansiedad, los problemas más extendidos entre la juventud

El mencionado aumento de este tipo de afecciones no está basado en meras suposiciones. Como ya advertía no hace mucho la Asociación Española de Pediatría, en los años de confinamiento se experimentó un aumento de hasta el 47 % en los trastornos de esta índole entre los menores. Sin embargo, tras la vuelta a la vida normal, no parece que las cosas hayan mejorado.

Así lo indica el Barómetro sobre jóvenes y salud, llevado a cabo bianualmente por Fad Juventud. Aunque dicha iniciativa también incluye a jóvenes hasta los 29 años, resulta muy útil para hacernos una idea de la gravedad del problema al que nos enfrentamos. Y es que, en los últimos dos años, el número de jóvenes y adolescentes que afirman haber tenido problemas de salud mental no ha disminuido.

Por el contrario, se ha registrado un aumento que va del 56,4 % del estudio de 2021 al 59,3 % del correspondiente a 2023. Los trastornos más extendidos según esta investigación son, con mucha diferencia, la depresión y la ansiedad. A una distancia considerable les siguen los jóvenes afectados por TDAH, trastornos de la alimentación, algún TOC, estrés postraumático, desajustes de la personalidad, adicciones sin sustancias de por medio y otras sí relacionadas con el alcohol y las drogas.

La importante labor de la familia

No es ningún secreto que la acción familiar puede suponer un resorte para mejorar la salud mental de los adolescentes. Como recomiendan los expertos de la Academia Americana de Médicos de Familia, la disciplina positiva en la crianza supone el mejor camino que podemos seguir para conseguirlo. En concreto, otorgan especial importancia a las siguientes iniciativas de los padres:

1. Fomentar la confianza y la autoestima
Dedicar suficiente tiempo a nuestros hijos y mostrar el orgullo que albergamos hacia ellos puede resultar muy útil para que se sientan valorados. Crecer dentro de dicho ambiente doméstico impulsará su autoestima y la confianza hacia sí mismos.

2. Elogiar sus buenos comportamientos
A la hora de destacar sus conductas apropiadas, no debemos cohibirnos en cuanto a la intensidad y a la concreción de los halagos. Eso les transmitirá fuerzas para seguir en esa línea y les orientará para saber, al detalle, lo que esperamos de ellos.

3. Brindarles apoyo emocional
El apoyo emocional que necesitan los adolescentes no se basa solo en hacerles llegar nuestros mensajes. Es incluso más importante animarlos a que se expresen y compartan sus sentimientos. Cuando lo hagan, sería buena idea intentar entenderlos, por muy amplio que sea el contraste con respecto a los nuestros.

4. Proporcionarles seguridad y protección sin invadir su espacio
Darles cariño y ayudarles a organizar sus vidas mediante las rutinas les proporcionará seguridad. Eso sí, debemos combinar tales acciones con una imprescindible cautela que impida que invadamos su espacio y cohibamos su independencia.

5. Transmitirles valores positivos y establecer límites
Por último, resulta aconsejable inculcarles valores positivos, como la honestidad, el autocontrol el respeto hacia los demás y la resiliencia. En el sentido contrario, es imprescindible establecer ciertos límites que nunca deben sobrepasar.

Ayudar a los demás, otro punto de inflexión para superar los trastornos

En los últimos años, diferentes investigadores han detectado la importancia de ayudar a los demás como pieza esencial del desarrollo social y emocional de los adolescentes. Sentirse útiles y necesarios para el bienestar de otras personas genera, según esta corriente, una sensación de conexión y pertenencia hacia la sociedad en la que viven.

Así lo manifiesta la psicóloga del desarrollo Parissa Ballard, que otorga especial relevancia al voluntariado como vehículo que lleva a este sector de la población a sentir que desempeña un papel significativo en su comunidad. En un estudio llevado a cabo junto a otros colegas, esta experta pudo cuantificar la mejoría de los participantes tras realizar, durante 30 horas, este tipo de actividades. Todos ellos, diagnosticados con cuadros de depresión o ansiedad, experimentaron una reducción media de sus síntomas de casi el 20 %.

La libre elección del voluntariado, clave para su eficacia

Como afirma Ballard en esta publicación de Scientific American, queda claro que ayudar a los demás mejora el estado de ánimo y aumenta la autoestima, además de suponer un ámbito propicio para establecer vínculos sociales. También desvía la atención de los pensamientos negativos y puede hacer que surjan nuevas habilidades que impulsan el autocontrol.

Dicho lo anterior, existe una variable capaz de condicionar la eficacia del voluntariado a la hora de mejorar la salud mental de los adolescentes. Se trata de la libertad de elección. Por el contrario, si existe detrás una obligación o la participación no es lo suficientemente relevante, la experiencia puede terminar siendo perjudicial. Para evitarlo, concluye, la labor de los padres debe centrarse en examinar las opciones disponibles y ofrecerlas sin ejercer un influjo en la decisión de los menores.

Fuente: https://saposyprincesas.elmundo.es/

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diciembre, 2024

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