Mejorar la sostenibilidad de Zaragoza en todos los ámbitos y convertirla en una ciudad innovadora, capaz de responder antes los retos de futuro y centrada en la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Este es el objetivo que se ha marcado la ciudad para alcanzar desde ahora y hasta el año 2030 y que ha quedado plasmado en el Plan de Acción de la Agenda Urbana aprobado el 28 de julio.
Para alcanzar esta ambiciosa meta, Zaragoza lleva dos años trabajando en la elaboración del plan de acción, cuya coordinación y dinamización ha llevado a cabo Ebrópolis, en un proceso amplio y abierto en el que han participado todas la áreas municipales y la sociedad zaragozana, tanto de forma presencial como online (a través de la plataforma participativa IDEZar), y de talleres sectoriales. Ha sido un trabajo colectivo cuyo proceso ha estado marcado por la participación.
El resultado es un documento de 256 páginas que recoge 55 actuaciones articuladas en torno a diez objetivos estratégicos encaminados al cumplimiento de la Agenda Urbana Española impulsada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), y alineados todos ellos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU. Se trata de una hoja de ruta a desarrollar a corto y medio plazo que se ha configurado con un enfoque integrado, abierto y flexible, es decir, que conforme se vayan implementando las distintas actuaciones el plan se podrá ir modificando para adaptarse a la realidad cambiante y compleja de una ciudad como Zaragoza.
Actuaciones que persiguen la potenciación de unos valores que hagan de Zaragoza y su entorno un territorio socialmente responsable con un modelo de desarrollo basado en la innovación, las personas y la sostenibilidad y en un territorio equilibrado en materia de justicia social, inclusión, equidad, cuidado, perspectiva de género y de edad, que apueste por la innovación social y tecnológica, el emprendimiento, la sostenibilidad y la creatividad, dando valor a la educación, la cultura y la salud. En definitiva, una ciudad que sea ejemplo de buenas prácticas, desarrollando nuevas formas de gobernanza basadas en la participación, las alianzas y la concurrencia.
Modelo a seguir
Pero la ciudad no parte de cero en el despliegue de estas actuaciones, sino que cuenta ya con una bagaje y experiencia en proyectos que giran en torno a la sostenibilidad y que han conseguido hacer de ella una de las elegidas por la Comisión Europea para formar parte del club de las 100 ciudades que deberán ser climáticamente neutras en 2030.
«Las ciudades deben abanderar soluciones medioambientalmente sostenibles», apunta Víctor Serrano, consejero zaragozano de Urbanismo. «Los nuevos retos en energía, eficiencia y sostenibilidad cambiarán la manera de diseñar y estructurar la escena urbana y la interrelación de los ciudadanos con los espacios públicos; en Zaragoza hemos querido adelantarnos con proyectos innovadores de renaturalización, movilidad sostenible con autobuses eléctricos que no emiten CO2 a la atmósfera y una política intensa de rehabilitación de viviendas antiguas para mejorar su aislamiento térmico», avanza Serrano, por lo que Zaragoza ya ha hecho los deberes para planificar el diseño de esa ciudad del mañana.
Además, contar con una Agenda Urbana es una condición indispensable para concurrir a los fondos estructurales europeos 2021- 2027 y un valor añadido para optar a los fondos de recuperación de la UE, lo que sitúa a Zaragoza en una posición ventajosa respecto a otras ciudades europeas.
