En la fotografía que envía a través de WhatsApp, Claudia Yurley Quintero (Cúcuta, 44 años) aparece con una acompañante. Ambas le sonríen a la cámara. “Ella es Verónica, migrante argentina. Acabábamos de ganar en la Corte su derecho al asilo. Fue explotada sexualmente y tiene discapacidad cognitiva”, escribe. La siguiente foto que comparte es de Verónica con su pasaporte: “Ya es refugiada en Colombia”. Después de un año de ires y venires, dos tutelas y un gran desgaste emocional, Quintero sumó por fin otro logro a su lucha: le salvó la vida a una mujer condenada a un prostíbulo. Sabe lo que eso significa, porque ella también tuvo esa pistola simbólica en la sien: abuso sexual, pobreza, migración forzada, racismo, falta de educación y de amor propio. Todo la empujó a explotar su cuerpo para sobrevivir. Por eso, su mayor orgullo es que alguna de las mujeres remitidas a Empodérame,
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