Las microempresas españolas se enfrentan al desafío de adoptar prácticas sostenibles para mantenerse competitivas. Una nueva guía ofrece más de cien recomendaciones prácticas para impulsar la sostenibilidad en el sector
En el panorama económico español, las microempresas constituyen uno de los pilares más importantes al representar casi la totalidad del tejido empresarial (98,8%). Sin embargo, se encuentran en un punto crucial para sus desarrollo y subsistencia: la necesidad imperiosa de adoptar prácticas sostenibles en un mercado cada vez más consciente y exigente.
La sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una exigencia del mercado. Las grandes compañías evalúan a sus proveedores en función de su impacto ambiental y social, demandan transparencia en la cadena de suministro y cumplimiento de normativas europeas. Por su parte, la contratación pública en España integra criterios sociales y medioambientales, lo que implica que las microempresas que alineen su actividad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) podrán competir mejor en licitaciones públicas y generar mayor confianza en el sector privado.
El Pacto Mundial de las Naciones Unidas revela que el 71% de las empresas españolas ya consideran los ODS como prioridad, y el porcentaje sigue en aumento. Las microempresas no pueden quedarse atrás en la tendencia. Además, el 60% de los consumidores europeos están dispuestos a pagar más por productos y servicios sustentables, lo que demuestra que la sostenibilidad es tanto una responsabilidad como una oportunidad de negocio.
Para marcar el rumbo que deben adoptar la microempresas españolas, la Fundación Copade elaboró una hoja de ruta para impulsar la sostenibilidad. El documento ofrece estrategias concretas para que las pequeñas empresas adopten prácticas responsables y mejoren su impacto ambiental, social y de gobernanza (ASG).
Panorama microempresarial
El informe anual del Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa en España revela una realidad preocupante: solo el 23% de las microempresas españolas cuentan con políticas ambientales y de sostenibilidad. Y apenas el 18% ha implementado medidas para reducir su consumo energético.
La falta de implementación de prácticas sostenibles en las microempresas se debe a diversos factores. Entre ellos destaca la escasez de recursos financieros y humanos para invertir en iniciativas de sostenibilidad. Muchas luchan por mantenerse a flote en un mercado competitivo y lo perciben como un lujo.
Otro obstáculo es la falta de conocimiento y capacitación en temas de sostenibilidad. Gran cantidad de propietarios y gerentes de pymes no están familiarizados con los conceptos de responsabilidad social corporativa o no saben cómo implementar prácticas sostenibles en sus operaciones diarias.
A pesar de los desafíos, el panorama no es del todo sombrío. Existe una creciente conciencia entre los consumidores y las instituciones sobre la importancia de la sostenibilidad. La dinámica crea presión y oportunidades para que las microempresas se adapten. Además, iniciativas como la guía de Copade proporcionan herramientas y conocimientos accesibles para facilitar la transición.
Guía de Copade: pasos para ser sostenible
La Fundación Copade publicó una guía con más de 100 recomendaciones prácticas para impulsar la sostenibilidad en las microempresas españolas. El documento, resultado de la iniciativa pymes y ODS, se ha desarrollado con el apoyo de la Asociación Española Multisectorial de Microempresas y la financiación del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
La guía aborda una amplia gama de aspectos relacionados con la sostenibilidad, desde la reducción del consumo energético hasta la aplicación de políticas de igualdad y prácticas de gobernanza responsable. Ofrece sugerencias concretas sobre cómo reducir residuos y emisiones, establecer condiciones laborales justas, invertir en la formación de empleados y establecer objetivos sostenibles medibles a medio y largo plazos.
Una de las características más valiosas es su enfoque práctico y adaptado a la realidad de las microempresas. Reconociendo las limitaciones de recursos que enfrentan estas organizaciones, las recomendaciones se presentan de manera escalonada, lo que permite a las empresas implementar cambios graduales, pero significativos.
Además, la guía no solo se centra en acciones internas, sino que también proporciona orientación sobre cómo comunicar los esfuerzos de sostenibilidad de manera clara y verificable. La transparencia permite ganar credibilidad y aprovechar las oportunidades de negocio que surgen de un enfoque sostenible.
Barreras y oportunidades
El diagnóstico realizado por Copade identificó los principales obstáculos que enfrentan las microempresas españolas en su camino hacia la sostenibilidad. La falta de información y recursos financieros se perfila como uno de los más difícil de salvar. Muchas microempresas operan con márgenes ajustados y perciben la inversión en sostenibilidad como un gasto adicional que no pueden permitirse.
La necesidad de apoyo institucional también destaca como un factor crítico. A menudo carecen del poder de negociación y los recursos para implementar cambios sustanciales por sí solas. Por ello, el respaldo de instituciones gubernamentales y organizaciones sectoriales se vuelve fundamental para facilitar la transición hacia prácticas más sostenibles.
Otro escollo identificado es la falta de programas de capacitación específicos en sostenibilidad para microempresas españolas. Muchos propietarios y empleados carecen de los conocimientos necesarios para implementar prácticas sostenibles de manera efectiva, lo que subraya la importancia de desarrollar programas de formación adaptados a las necesidades y realidades de las microempresas.
Sin embargo, junto a estos desafíos, el diagnóstico también reveló oportunidades significativas. El creciente interés de los consumidores por productos y servicios sostenibles representa una ventaja competitiva para las microempresas que adopten prácticas responsables. Además, la integración de criterios de sostenibilidad en las políticas de contratación pública abre nuevas posibilidades de negocio para aquellas comprometidas con el cambio.
Certificaciones y sellos
Las certificaciones y sellos de sostenibilidad se han convertido en herramientas imprescindibles para que demuestren su compromiso con prácticas responsables. Las acreditaciones no solo generan confianza entre clientes y proveedores, sino que también abren puertas a nuevos mercados y mejoran la reputación de la marca.
Entre las certificaciones más relevantes se encuentra la ISO 14001, que establece un marco para sistemas de gestión ambiental efectivos. La certificación demuestra el compromiso de la empresa con la mejora continua de su desempeño ambiental y puede ser un factor diferenciador en licitaciones y contratos.
El sello FSC (Forest Stewardship Council) es otra certificación valiosa, en especial para empresas que trabajan con productos forestales. Garantiza que los materiales utilizados provienen de bosques gestionados de manera sostenible, lo que puede ser un argumento de venta poderoso para consumidores conscientes.
La optimización de los sistemas de climatización también contribuye con la eficiencia energética. La instalación de termostatos inteligentes permite un control más preciso de la temperatura, pues la adapta a las necesidades reales de cada espacio y momento del día. No solo mejora el confort de los empleados, sino que también reduce el consumo energético innecesario.
Para las microempresas españolas con capacidad de inversión a medio plazo, la instalación de paneles solares puede ser una opción de sostenibilidad atractiva. Aunque requiere hacer un gasto inicial considerable, la generación de energía renovable in situ puede proporcionar independencia energética y ahorros a largo plazo.
Gestión de residuos
La gestión eficiente de residuos es un aspecto para tomar en cuenta si se quiere alcanzar la sostenibilidad. Para las microempresas, implementar prácticas de reducción, reutilización y reciclaje no solo contribuye a minimizar su impacto ambiental, sino que también puede generar eficiencias operativas y, en algunos casos, nuevas oportunidades de negocio.
El primer paso hacia una gestión de residuos más sostenible es la puesta en marcha de un programa integral de reciclaje. Se requiere establecer puntos de recogida selectiva para diferentes tipos de materiales como papel, plástico, vidrio y metales. Es esencial educar a los empleados sobre la importancia de la separación correcta de residuos y proporcionar información clara sobre qué materiales pueden reciclarse.
La reducción del uso de papel es otra área donde las microempresas pueden marcar diferencia. La promoción de la digitalización de documentos no solo reduce la generación de residuos, sino que también puede mejorar la eficiencia operativa. Implementar sistemas de gestión documental digital y fomentar prácticas como la firma electrónica pueden contribuir a lograr el objetivo.
El uso de productos reutilizables en lugar de desechables es otra estrategia efectiva. Puede aplicarse en áreas como la cafetería de la empresa, donde los vasos y cubiertos desechables pueden ser reemplazados por alternativas duraderas. Además, en el caso de empresas que realizan envíos, la reutilización de materiales de embalaje puede reducir la generación de residuos.
Para los residuos orgánicos, hacer uso de un sistema de compostaje puede ser una solución innovadora. La práctica no solo reduce la cantidad de residuos enviados a vertederos, sino que también puede generar compost útil para jardines o áreas verdes de la empresa.
Materiales sostenibles
La elección de materiales sostenibles es un mecanismo ideal para reducir la huella ambiental y posicionarse como actores responsables en el mercado. La decisión no solo afecta al producto final, sino que también influye en toda la cadena de suministro y en la percepción de la marca por parte de los consumidores.
Priorizar la compra de materiales reciclados o reciclables es un primer paso. La acción puede aplicarse a una amplia gama de productos, desde papel de oficina hasta materias primas para la producción. Al optar por materiales reciclados, las empresas reducen la demanda de recursos vírgenes y apoyan la economía circular.
Para las microempresas que trabajan con madera, la elección de productos certificados FSC (Forest Stewardship Council) o con el sello Madera Justa es lo más recomendable. Son certificaciones que garantizan que la madera proviene de bosques gestionados de manera sostenible, en los que se respeta tanto el medio ambiente como las comunidades locales.
La reducción del uso de productos químicos nocivos en los procesos de producción es otra área de enfoque sostenible. Optar por alternativas más ecológicas no solo beneficia al medio ambiente, sino que también puede mejorar la salud y seguridad de los trabajadores y consumidores.
En el ámbito de la impresión y el packaging, el uso de tintas ecológicas y envases compostables o biodegradables puede ser distintivo. Reduce la huella ambiental del producto y puede ser un factor diferenciador en el mercado.
Movilidad sostenible
Implementar estrategias que reduzcan la huella de carbono asociada al transporte no solo beneficia al medio ambiente. También puede mejorar la calidad de vida de los empleados y generar ahorros para la empresa.
Fomentar el uso del transporte público entre los empleados es una de las medidas más efectivas. Las microempresas pueden considerar ofrecer bonos de transporte como parte de los beneficios laborales. Con lo cual se reducen las emisiones de carbono, a la vez que puede ser un incentivo atractivo para los trabajadores.
La promoción del uso de bicicletas o patinetes eléctricos también son prácticas que conducen a la sostenibilidad. Instalar aparcamientos seguros para estos vehículos en las instalaciones de la empresa e impulsar su uso puede animar a más empleados a optar por estas alternativas de transporte ecológicas.
El carpooling o coche compartido se adapta muy bien en microempresas ubicadas en áreas con acceso limitado al transporte público. Implementar un programa de coche compartido puede reducir las emisiones y los costos de transporte para los empleados.
El teletrabajo, cuando es factible, ayuda de manera decisiva en la reducción de la huella de carbono asociada a los desplazamientos. Además de los beneficios ambientales, el teletrabajo puede aumentar la productividad y la satisfacción de los empleados.
Midiendo el impacto
Javier Fernández, fundador y director general de Copade, asegura que la Huella ASG es una herramienta vital para medir el compromiso social, económico y medioambiental de las empresas en cinco áreas clave: equipo de la empresa, comunidades, cadena de suministro, medioambiente y gobernanza.
La medición de la Huella ASG ofrece ventajas para las organizaciones. En primer lugar, permite identificar cómo las operaciones de la empresa afectan al medio ambiente, la sociedad y la economía. Además, mejora la reputación y el posicionamiento de la empresa, convirtiéndola en un referente en sostenibilidad, lo que puede atraer inversores y talento, así como mejorar el acceso a nuevos mercados.
Otro beneficio importante de medir la Huella ASG es la identificación de riesgos y oportunidades. Esto permite a las empresas aprovechar nuevas oportunidades de negocio y mitigar posibles riesgos asociados a prácticas no sostenibles.
La Fundación Copade ha llevado a cabo jornadas informativas y de medición de la Huella ASG en ciudades españolas, como Córdoba, Valencia, León, Gijón, Madrid y Logroño. Las jornadas han sido valoradas de manera positiva por los participantes. Por ejemplo, Vanesa García, delegada de AEMME en La Rioja, destacó la importancia de reflexionar sobre los pasos necesarios para mejorar en sostenibilidad y valoró el plan de acción y las herramientas proporcionadas.
Copade continúa ofreciendo de forma gratuita la medición de la Huella ASG para autónomos y microempresas españolas, con lo que facilita el acceso a esta valiosa herramienta de gestión en sostenibilidad.
Fuente: https://www.cambio16.com/