“La consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible son parte del ADN del cooperativismo”

Así lo afirma Gricel Di Bert, Líder de Gestión Estratégica Sustentable de La Segunda. La importancia de mirar qué pasa con la cadena de valor, la necesidad de poner a las personas en el centro, el rol de la gobernanza en la industria aseguradora, por qué hay que ir más allá de medir y compensar, los destacados del trabajo que realizan con Pacto Global y ONU Mujeres, qué están haciendo para lograr el objetivo de ser carbono neutral al 2030, y el anuncio de estar prontos a lanzar una política de derechos humanos, fueron algunos de los temas abordados en la entrevista.

¿Qué desafíos en materia de sustentabilidad enfrenta el rubro asegurador?

Para responder la pregunta, primero tengo que hacer al contexto del mercado. La sustentabilidad es algo que empezó a golpear las puertas de todas las marcas, más allá de la industria específica del seguro. Si bien la industria del seguro no produce ninguna materia prima, sí está dentro en la cadena de valor de todas las marcas. Entonces el primer gran desafío es mirar qué pasa con la cadena de valor.

Los consumidores empiezan a informarse, a mirar, a entender cada producto, a ser más exigentes con los mismos, no solo desde lo medioambiental que suele ser lo más fuerte cuando uno habla de sustentabilidad, sino también de los procesos que es en donde operan más que nada personas.

En lo personal, creo que hay que ir rompiendo ese mito de que sustentabilidad simplemente habla del planeta, y poner a las personas en el centro.

Hay encuestas que muestran que en Argentina más del 50% de los consumidores están teniendo en cuenta para la toma de decisión de compra qué hacen las empresas en materia de sustentabilidad con criterios ASG. Preguntan por los 3 aspectos ASG: social, ambiental y gobernanza. Y acá me voy metiendo en la industria del seguro, que es parte de la cadena de valor de todas las marcas. Por eso, las empresas del rubro tienen que empezar a mirar cómo van a operar con los grupo de interés. Cómo empiezan a pensar en nuevos productos innovadores en materia de sustentabilidad, entendiendo no sólo cómo operan los clientes sino las nuevas generaciones. Por ejemplo, qué vienen a pedir, cuáles son los nuevos productos.

Porque los seguros tradicionales, como automóviles o seguro de vida, no es que vayan a desaparecer sino que hay que entender que vienen nuevas necesidades y nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, que cambian abruptamente muchas profesiones y que van a requerir de nuevas formas de asegurarse.

Y cuando se habla de ASG hay que destacar el concepto de gobernanza, que muchas veces parece quedar aislado. Porque incluye temas clave como derechos humanos, y aquí volvemos a hablar de las personas. Además, para la industria aseguradora es un concepto fundamental porque incluye a la ética, la transparencia y anticorrupción. Nuestra industria no vende ningún producto tangible, vende una promesa. Garantiza que en caso de que suceda algo va a estar y te va a respaldar. Vende prevención, porque lo necesario es prevenir para no llegar a un siniestro.

Entonces lo que más pide la dimensión ASG de gobernanza es la ética, la transparencia, qué hago con tu dinero, qué hago con esa prima que no cobra un premio en caso de siniestro. Porque estamos hablando de carteras muy grandes, y es importante qué se hace con ese dinero, cómo se invierte.

Acá aparecen las inversiones responsables, que no tienen que ver simplemente con bonos verdes, sino cómo se invierte ese dinero garantizando que va estar en el momento en que se necesite. Garantizando que esa inversión que se hace no esté afectando ni al planeta, ni a las personas en cuanto a que no vayan en detrimento de esa inversión, o estén financiando al terrorismo o se utilicen para lavar activos, o financien el trabajo infantil.

Como conclusión, el mercado asegurador lo que tiene que hacer hoy en materia de sustentabilidad, y La Segunda lo está trabajando fuertemente, es trazar una real estrategia ASG con estas tres dimensiones: entender qué es lo que quiere el cliente; mirar desde el lado social a la comunidad, a su propio cliente interno que es su colaborador; y entender qué es lo que esperan nuestros grupos de interés.

Por eso, en La Segunda realizamos una materialidad en estos ejes, analizando cómo operamos, cómo impactamos, qué estamos haciendo, y cómo vamos a a mirarnos en cuanto a lo que es un plan de cambio climático, en cuanto a la medición, reducción y compensación.

Porque no podemos hablar simplemente de me mido y compenso, porque en ese caso no estoy salvando nada. El desafío es ser consciente de cuál es mi consumo y cómo empiezo a reducirlo para llegar a una verdadera compensación. Porque en ese camino vamos a poder ser carbono neutrales.

¿Qué le aportan los valores cooperativos al mundo de la sustentabilidad?

La pregunta la voy a plantear al revés: ¿Qué le aporta la sustentabilidad a los valores cooperativos? Porque si uno mira el modelo cooperativo desde su génesis tiene mucho de desarrollo sostenible, habla mucho de sustentabilidad, de las personas.

Los modelos cooperativos nacieron para acompañar a las comunidades en varios aspectos. Y si uno mira la Agenda 2030 y los valores cooperativos, no están tan alejados. Incluso diría que la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible son parte del ADN del cooperativismo.

La Segunda nace para demostrar ese ADN que tienen los valores cooperativos y que vistos desde el presente tienen un anclaje con la Agenda 2030. La Segunda nace en 1930 para rescatar una cartera de seguros y para garantizar que muchas cooperativas pudiesen subsistir, para que muchas personas pudiesen tener un seguro de trabajo. Hoy si lo vemos desde la óptica de la Agenda 2030 estamos hablando de un ODS N°8, que se refiere al trabajo digno, y de un ODS N°3 de salud y bienestar.

Por otro lado, el cooperativismo lo que hace es unir a un grupo de personas con intereses comunes para armar una forma de desarrollar negocios, donde se reparte de forma equitativa, se trabaja con igualdad, se consolidan en el compromiso de cooperar entre ellos. Nada más ni nada menos que hablar de un crecimiento también económico en una localidad que va a coincidir con un ODS N°1, como es fin de la pobreza. Porque cuando tengo una cooperativa empiezo a generar una economía y trabajo local, amplío la educación, la salud, rompo con las desigualdades, empiezo a hablar de ciudades sostenibles. En esa lógica considero que el modelo cooperativo tiene esta consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que lo tienen inscripto en el ADN. Porque está pensado de esa manera.

Por eso decía de dar vuelta la pregunta. Porque la sustentabilidad viene a reforzar estos valores cooperativos. Pero si la tengo que contestar de manera textual, considero que los valores cooperativos lo que aportan al mundo de la sustentabilidad son un ejemplo y una manera de agruparse con un fin común. Es entender una nueva mirada respetuosa de cómo hacer negocios.

¿Qué pueden destacar del trabajo que realizan con Pacto Global y ONU Mujeres?

Nosotros tenemos 90 años como cooperativa. En su momento veníamos reportando de alguna manera los Objetivos de Desarrollo Sostenible sin estar dentro del Pacto Global o de ONU Mujeres. Lo hicimos así porque entendimos que era un proceso de maduración dentro de la organización.

Para eso fue muy importante primero hacer una línea base, entender qué grado madurez tenía la empresa, para empezar a contar desde otro lugar lo que se venía haciendo. Es por eso que digo que está implícito en el ADN, porque se venía desarrollando.

Nosotros hace 13 años que reportamos, no con el nombre de un Reporte de Sostenibilidad pero sí comenzamos con un Balance Social, porque era la manera en que certificábamos con ACI (la Asociación de Cooperativas Internacional).

En este sentido, veníamos hablando de cada principio, de cómo impactaban en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en cómo impactaban también al usar las buenas prácticas de gobierno. No es algo nuevo para nosotros pero creíamos que teníamos que darle un salto más.

Además, el consumidor empieza a mirar distinto, quiere saber cómo lo hacés, qué es lo que hacés, cuál es tu aporte, tu contribución. Y el trabajo que uno empieza a realizar con Pacto Global es esto, poder medirse con los mismos estándares y los mismos indicadores de forma global, ya no solo en la industria del seguro sino que empiezo a hablar de forma global.

Así que con Pacto Global tomamos la decisión de adherirnos en el 2021. Hoy somos parte de la Mesa Directiva de la red de Argentina, somos comunicantes. Y si bien nuestro Reporte no tiene nombre de Reporte de Sustentabilidad, porque es un Informe Anual Integrado, contiene los diez Principios de Pacto Global, y los siete Principios WEPs de ONU mujeres.

Sumado a lo anterior, otra adhesión que hicimos también en el 2021 fue presentar un Plan de Acción que integra los siete Principios del Cooperativismo, junto con un requisito que nos exige
la Superintendencia de la Nación respecto a las prácticas de buen gobierno. De esta manera, estamos hablando siempre de las tres dimensiones ASG.

Así que Pacto Global es como un ordenador, es como una gran vara que nos permite mirarnos con todos los grupo de interés, y de alinearnos respecto a ONU Mujeres en la industria del seguro, una industria que viene muy masculinizada, y donde no es fácil ingresar con algunas temáticas de género, diversidad e inclusión.

Además, el tema está tomando impulso en la industria. Por ejemplo, la Superintendencia está haciendo encuestas de género para toda la industria, que a nosotros nos ha servido para ordenar políticas y criterios, que si bien los teníamos implícitos en la forma de hacer, no estaban transparentados en una política o plan concreto.

Estos se tienen que bajar a toda una organización para entender de qué se habla cuando se habla de género, diversidad, igualdad, que no es lo mismo que equidad e inclusión. Y cómo se hace, qué procesos tiene, cuál es el impacto dentro de la organización. Porque sino caemos en un greenwashing donde empezamos a hablar simplemente de género y ya está.

La clave es entender para qué, por qué, cómo lo evalúo, cómo capacito, cómo me medí, cómo me entendí, cómo empiezo a reclutar ese talento, qué miro de esas capacidades, cómo empiezo a romper sesgos cognitivos dentro de una organización. La verdad es que a veces parece muy liviano el tema cuando se habla de estrategias de diversidad, pero es un tema que merece mucho tiempo y respeto en la organización.

Porque no hay que olvidarse del dato, de la bajada a los grupos de interés. Inicialmente es el compromiso interno, cómo lo bajo internamente, cómo armo esa estrategia y cómo la pongo en marcha. En ese sentido, nosotros hoy con todo este marco de los Principios Cooperativos, Pacto Global y ONU mujeres, estamos trabajando en una estrategia muy ambiciosa, y poniendo en marcha una estrategia de diversidad dentro de la organización, con todo lo que implica.

Estamos en el proceso de permear a toda la organización en el entendimiento real, y prontos a lanzar nuestra política de género, de diversidad, y nuestra política de derechos humanos, sumado a robustecer nuestro código de ética que los contiene.

¿Qué avances están haciendo en la medición de la huella de carbono?

Huella de carbono es un gran desafío para todas las organizaciones porque siempre se empieza de una manera sencilla. Qué es lo importante, para poder primero entender y medir dónde estamos parados, cuál es nuestro consumo. La gran premisa es entenderme, medirme y saber qué hago.

Pero lo importante es entender qué tengo que dejar de hacer o cómo puedo reparar lo que hago antes de hablar de compensación. Por eso se habla de la necesidad de tener una muy buena estrategia de mitigación y de reducción, para después sí aquello que no puedo modificar pase a ser una compensación. Y, al mismo tiempo, ir armando un gran plan de acción que explique cómo todo aquello que yo pueda reducir o que estaba compensando, que tenga un real triple impacto, que trabaje dentro de lo que es una economía circular, me va a ayudar a repensar en esa reducción o mitigación antes de la compensación.

En ese sentido, muchos conocen que La Segunda tiene uno de los edificios más sustentables de la Argentina. Avanzó mucho en lo que tiene que ver con energías renovables. Contamos con un plan de reducción de uso de energía y cómo usar energías limpias.

Pero en este marco, lo primero que teníamos que hacer era medirnos, y ello no es fácil en la primera parte de la medición. Sobre todo porque tenemos un objetivo ambicioso al 2030, en congruencia con la Agenda de Desarrollo Sostenible, de ser carbono neutral.

Al día de hoy estamos midiendo la huella de carbono de nuestros edificios corporativos y nuestras oficinas más importantes, estamos midiendo la huella del carbono de nuestra flota de vehículos interna, y poco a poco vamos midiendo los eventos que realizamos, sumado a que estamos queriendo ampliar la medición de la cartera de clientes y la de inversiones. La idea es poder medir inclusive la huella de nuestros gerentes zonales.

Este es un proceso muy largo, en el sentido de que no es de un día para el otro, sino que tengo que entender cada uno de estos procesos para poder robustecer esa medición. Y, por supuesto, ir a la par trabajando en la mitigación mientras voy haciendo dichas mediciones parciales de cada una de las estructuras, donde empiezo a pensar en cómo reducir y voy compensando.

Hoy para compensar estamos trabajando específicamente con proyectos que sean de triple impacto, proyectos para regenerar ecosistemas. No se trata simplemente de comprar bonos verdes y ponerlos en mi cartera de inversión. Se trata de ver qué hago y cómo devuelvo al entorno, sobre todo en donde estoy midiendo mi huella. En nuestro caso lo estamos trabajando para lo que es la Cuenca de Ludueña.

Lo mismo estamos haciendo para la parte de reducción. Por ejemplo con lo que hicimos con el rebranding. Nosotros tuvimos un proceso muy fuerte de cambio de marca, que llega a más de 2000 agencias en todo el país. En La Segunda tomamos la decisión de darles una nueva vida y hacer economía circular con todas las cartelerías para que no se convirtiesen en residuos automáticamente. La mayoría de las lonas de merchandising y marquesinas se reconvirtieron en mochilas o en bolsas, donde se eligió a una empresa que contrata mujeres costureras para diseñarlas y efectuarlas. Esas mochilas al mismo tiempo son donadas a escuelas con chicos en situación de vulnerabilidad y se les volvió a dar un uso. Este es un ejemplo de cómo se puede generar impacto social y ambiental en la comunidad, y empezar a trabajar esa parte de la gobernanza desde la ética y la transparencia.

Para conocer más detalles, en el Informe Anual nuestro se ve año a año cuáles son las mediciones y cómo lo vamos trabajando.

¿En qué consiste el Programa Incubadora de Cooperativas?

Este programa está muy en línea con el ADN cooperativo. Hay un principio que habla de cooperar con otras cooperativas. Fieles a esos valores, a esos principios, entendíamos que uno de los ejes para trabajar en su momento, en lo que eran los programas de responsabilidad social, era cómo empiezo a pensar en mi comunidad desde otro lugar. Y nada mejor que ofrecerles esta visión cooperativista.

Así nace este programa, con la intención de aglutinar y encontrar focos de acción de personas que se reunían con este espíritu, de trabajar colaborativamente y cooperativamente.

Lo primero que hacíamos era que entendiesen qué es el gobierno cooperativo, cómo es el desarrollo de una cooperativa, qué beneficios tiene más allá de los beneficios impositivos iniciales.

Pero la clave es la forma del trabajo cooperativo, donde se unifican criterios y se trabaja realmente de una forma transversal, además de ayudar a distintas comunidades.

Porque volviendo a la pregunta de qué aportan los valores cooperativos al modelo de sustentabilidad, es que empiezo a encontrar personas jóvenes, o sin trabajo, con la dedicación para el desarrollo de algún proyecto pero que no saben cómo llevarlo adelante.

Entonces se incuban, entran en un proceso donde primero pasan por una selección, por un proceso de preincubación, y en el proceso de incubación lo que hacemos es el desarrollo del gobierno cooperativo y el desarrollo del modelo de negocio. A partir de ese momento lo que se hace es trabajar en una red de cooperativas para intentar transformarlas en proveedores de La Segunda, dependiendo el producto que desarrollen, o transformarlas en proveedores de otras cooperativas que pasaron por el programa, o con alianzas que tenemos con otras incubadoras. Es un programa que ha ayudado a restablecer economías locales.

Un caso destacado es el que tenemos en Malargüe (Mendoza), donde en una cooperativa emergente que hace hilandería de guanaco y que estaba en una situación de grado vulnerabilidad, incluso con riesgo de desaparecer, cuando los detectamos los ayudamos reactivar su modelo económico con ayuda del INTA y del INTI. Además, el proceso les permitió fortalecer el modelo cooperativo y ponerlos en contacto con otra cooperativa que era de comercio exterior que empezó a abrirles un panorama prometedor frente a un futuro cliente del exterior que buscaba hilos exóticos. Y así, algo que simplemente se vendía como una artesanía en lugares turísticos de Mendoza se pudo exportar a Italia como un producto original.

Ese es el ADN del programa. Tomar estos proyectos, generarlos como cooperativas, generar crecimiento económico en esa localidad, generar el espíritu cooperativo y moralizarlo. Porque el trabajo colaborativo es fantástico. Y al ayudar a esas personas todo empieza a ramificarse. Porque donde hay una cooperativa seguramente hay una mejor educación, una mejor calidad de vida, un mejor crecimiento económico, una mejor mirada de cara a la salud.

Actualmente tenemos proyectos dedicados a la salud y el cuidado, a la agricultura doméstica, cooperativas de comercio exterior, de calzados, una cooperativa del hilo, y una cooperativa de base tecnológica

Los proyectos son amplios y el programa lo que hace es transformar las miradas, unificar a esas personas que están pensando una nueva forma de hacer su trabajo y transmitirles tanto el ADN como los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por eso es 180 grados, y el nombre de la incubadora de cooperativas es Un Giro Sustentable.

Fuente: https://www.comunicarseweb.com/

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