En un contexto global de incumplimiento del objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 grados y en el que los esfuerzos para alcanzar la neutralidad climática son claves entre 2020 y 2030, la Fundación General de la UCLM ha tratado “El reto de la educación en la lucha contra el cambio climático” dentro de su campaña de sensibilización para jóvenes. En el encuentro, distintos expertos abordaron un asunto de plena actualidad por el papel que tiene la educación para construir una percepción real de los riesgos climáticos. “La reducción de CO2 en 2020, un año marcado por la covid, es la que deberíamos tener todos los años hasta 2050 para no rebasar el calentamiento del planeta”, sostuvo José Manuel Moreno, miembro del panel de expertos de la ONU en cambio climático.
El catedrático de Ecología de la UCLM y miembro del panel de expertos de la ONU en cambio climático, José Manuel Moreno Rodríguez, se refirió a la necesidad de mantener la reducción de emisiones de dióxido de carbono que se ha registrado durante el año 2020 como consecuencia de un “fenómeno extraordinario” como la pandemia por el coronavirus Covid-19 que ha puesto a la economía mundial en sordina y ha supuesto la pérdida de un 6% de las emisiones, un porcentaje superior al que se produjo durante la II Guerra Mundial.
Para Moreno Rodríguez, fundador de la Facultad de Ciencias Ambientales de la UCLM, esta reducción del 6% es la cantidad que deberíamos disminuir todos los años hasta 2050 para no rebasar el “calentamiento peligroso” del planeta, pero “cuanto más lo retrasemos, mayores serán las cantidades de CO2 que tendremos que quitarle a la atmósfera de forma activa”, asegura este experto.
Nos perderemos como sociedad
Durante su participación en el seminario sobre educación y cambio climático organizado por la Fundación General de la UCLM, este catedrático aseguró que, aunque sea necesario movilizar la economía no puede hacerse a costa de seguir consumiendo combustibles fósiles ya que, de ser así, “nos perderemos como sociedad”.
A su juicio, el papel que debe jugar la universidad en este asunto capital es “infinitamente mayor del que hace”. La implantación de programas de lucha contra el cambio climático debe ser una obligación, es más, la universidad debe estar a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático “y no lo está”. En su opinión, ningún egresado puede ignorar el abuso que supone sobre el planeta y apuesta porque se oferte una materia de libre acceso en todos los grados sobre el sistema «Tierra, funcionamiento y alteraciones antrópicas», que sería obligatoria en los campos relacionados con las ciencias naturales.
En definitiva, el cambio climático es el problema más grande al que se enfrenta la humanidad y para combatirlo, los cambios deben venir si la población está informada y formada siendo la universidad la que tiene que generar conocimiento, pero sin ignorar que “lo mejor es predicar con el ejemplo”.
Comportamiento de plantas y animales
De su lado, el naturalista, humanista y escritor, Joaquín Araújo, como “receptor de la naturaleza” aportó, en su intervención, la experiencia que le está aportando vivir en contacto con el paisaje y el comportamiento de plantas y animales.
Según explicó, hace mucho tiempo que la primavera ha sufrido mordiscos en su calendario de 90 días, por los dos extremos, y puso el ejemplo de las golondrinas que este año han llegado 41 días antes de lo que, por norma, lo hacían hace 44 años, cuando se instaló en las montañas arboladas de Extremadura donde reside. “Y podría daros –dijo- 80 datos de animales y plantas más convencionales de estas sierras que tienen el calendario alterado”.
Araújo, uno de los divulgadores de la naturaleza más importantes de España, repasó el significado de las palabras cambio, contaminación y clima para referirse a éste como el “hogar de la vida, el alimento y la vida de la vida” que hemos trastocado porque algo que se hace mal y «hemos liberado una fuerza destructora que atenta contra la vida».
Efecto devastador de la temperatura
Así, se refirió al efecto devastador que tiene sobre el planeta una subida de la temperatura de 2-3 grados y a la violencia que supone permitir la contaminación que acaba siendo “la pandemia de las pandemias.” Si la contaminación atmosférica es una forma de agresión química a la transparencia del aire, “el vertedero son nuestros pulmones y los de todo lo que vive” y estamos, por lo tanto, a disposición de una catástrofe más que inquietante, una tragedia, dijo.
Considera que la educación es muy lenta y habría que mandar a la escuela primaria de la naturaleza a los poderes públicos y a quienes dirigen las grandes empresas para concluir poniendo de relieve que el clima no solo es la vida de las vidas, sino lo que ha perfilado todas las culturas y todos los conocimientos del planeta.
Mala relación hombre-naturaleza
La relación de ponentes de este seminario se completó con la coordinadora de Consumo de Ecologistas en Acción, Charo Morán y el científico, activista y presidente ejecutivo de Greenpeace España, Mario Rodríguez, quien destacó que el reto al que se enfrenta la sociedad es la mala relación del ser humano con la naturaleza. “No está el horno para bollos; creemos que estamos en emergencia climática y la educación tiene un papel fundamental”, aseguró.
Hasta la fecha, el espacio educativo ha estado lento y es necesario asumir el liderazgo y tener presente el legado que vamos a dejar a las siguientes generaciones, señaló, para mostrarse partidario de un cambio de mentalidad para “cambiar la forma de vivir, de alimentarnos y de relacionarnos con el medio en que vivimos”.
Conoce la Agenda 2030
La Fundación General de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha celebrado este miércoles el segundo seminario de su campaña para jóvenes Conoce la Agenda 2030, que se centra en el reto de la educación en la lucha contra el cambio climático y en la que colabora la Facultad de Educación de Ciudad Real.
La campaña Conoce la Agenda 2030 pretende sensibilizar a los jóvenes para el Desarrollo Sostenible, que representa el compromiso internacional para hacer frente a los retos sociales, económicos y medioambientales de la globalización, poniendo en el centro a las personas, el planeta, la prosperidad y la paz, bajo el lema de «no dejar a nadie atrás», según informaba la UCLM hace unos días.
