¿Puede la tecnología ayudarnos a desarrollar la creatividad de los estudiantes? ¿O permitir que sean capaces de crear obras de arte? Hace unos años, trabajando con una maestra de Matemática de 6to grado que amaba el arte y a Picasso, diseñamos una propuesta integral para que pudiera compartir con sus estudiantes su pasión al momento de enseñar este contenido en clase. Usando conceptos de la geometría y visitas virtuales por los Museos de Picasso de Barcelona, combinamos disciplinas junto con propuestas digitales para que cada uno de los estudiantes se inspirara y pudiera crear sus propias obras de arte.
Cuando docentes y estudiantes logran esa conexión, es cuando se produce la magia de la educación. Pero no es sólo magia lo que debe suceder. Quienes trabajamos en educación sabemos que es la llave para la igualdad, la inclusión y el crecimiento económico, pero los medios para alcanzar ese horizonte son distintos en cada territorio.
La Agenda 2030 de las Naciones Unidas nos interpela para que desde todos los sectores impulsemos propuestas para garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos. ¿Puede la tecnología ser una herramienta para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible? ¿Qué aspectos debemos seguir profundizando para lograrlo? Estas preguntas forman parte del Informe GEM 2023, publicado por la UNESCO, en el cual se explora cómo la tecnología puede ayudar a mejorar la educación en todo el mundo.
El territorio latinoamericano es diverso, pero tenemos problemáticas comunes: todavía existe una brecha importante en el acceso a las tecnologías digitales que necesitan los y las jóvenes para aprender y también para tener más oportunidades a la hora de ingresar al mercado laboral el día de mañana. En este sentido, las tecnologías digitales deben ser integradas de manera apropiada en los planes de estudio y deben ser utilizadas para apoyar el aprendizaje de los estudiantes, no para reemplazarlo.
No estamos proponiendo que todos sean informáticos, ingenieros o expertos en IA; sino que hablamos de la capacidad de comprender de manera profunda un contenido y de poder argumentar ideas contrapuestas. El foco no es la herramienta, no es la tecnología, sino qué propuestas les estamos acercando a los y las chicas para que tengan una vinculación profunda con temas que los atraviesan y les generan el deseo genuino de formar parte de algo.
Una agenda repleta de desafíos
Según el informe GEM 2023, los aspectos más desafiantes en la región son:
- Brecha digital: Según la UIT, el 70% de los hogares en América Latina tienen acceso a internet. [Fuente: Unión Internacional de Telecomunicaciones. Además, la OCDE señala que el 75% de los estudiantes tienen acceso a una computadora en el hogar.
- Desigualdad educativa: El 40% de los estudiantes de los hogares más pobres no alcanzan los niveles de aprendizaje esperados para su nivel, en comparación de aquellos de los hogares más ricos.
- Pobreza educativa: Según datos de la CEPAL, el 15% de los estudiantes de primaria y secundaria viven en situación de pobreza extrema.
- Retención y deserción escolar: la UNESCO afirma que el 10% de los estudiantes de primaria y secundaria abandonaron la escuela antes de terminar el sexto grado.
- Calidad educativa: todos los países latinoamericanos evaluados obtuvieron una clasificación inferior a la del promedio de países de la OCDE.
- Brecha de habilidades: más de cuatro de cada diez empresas en América Latina dicen que tienen dificultades para encontrar trabajadores con las habilidades adecuadas, según las encuestas de ManpowerGroup.
Una mirada integral sobre la tecnología en educación
Para superar estos desafíos y cumplir con los objetivos de la Agenda 2030, desde Bounty EdTech trabajamos en la conformación de alianzas multisectoriales que permitan acompañar el desarrollo de iniciativas de mediano y largo plazo que sean capaces de potenciar los aprendizajes aprovechando el impulso que brindan las tecnologías digitales. En función de estos desafíos, nuestra propuesta es impulsar acciones en tres sentidos:
Evaluación de políticas públicas a partir de la mirada sobre el uso de los diferentes dispositivos informáticos. Esto implica evaluar cuáles son los dispositivos más apropiados para impulsar políticas digitales en cada nivel educativo desde perspectivas diversas (operativas, funcionales, de uso y apropiación de recursos y plataformas, etc.) De este modo, podemos identificar los retos y oportunidades para mejorar el uso de las tecnologías digitales en el aprendizaje con datos específicos para la toma de decisiones con una visión a largo plazo.
Articulación de las políticas de educación digital con proyectos pedagógicos sólidos. Esto implica desarrollar proyectos pedagógicos que integren las tecnologías digitales de manera efectiva en el aprendizaje. Estos proyectos deben estar diseñados para que los estudiantes puedan aprender de manera efectiva utilizando las tecnologías digitales, y deben estar alineados con los objetivos del plan de estudios y el ecosistema de actores en juego.
Realizar una inversión pertinente y con sentido en la educación. Esto implica invertir en la formación docente, en infraestructura tecnológica adecuada, conectividad y en recursos educativos digitales que respondan a las necesidades identificadas. Es importante que estas inversiones estén alineadas con las necesidades de los estudiantes y la demanda productiva.
Uno de los mensajes del Informe GEM 2023 es #TechInOurTerms, es decir, que no es la tecnología la que debe gobernar sobre la educación, sino que debe estar al servicio de las transformaciones necesarias para la mejora de los aprendizajes. La tecnología nos debe proporcionar herramientas y puentes para que todos los estudiantes accedan a una educación de calidad que les permita tener éxito en la escuela y en la vida.
Fuente: https://www.ambito.com/