4:30 horas, suena el despertador. Se inicia la jornada de sábado de un grupo de jóvenes conquenses que se dirigen a Aldaia (Valencia) a ayudar en las tareas de limpieza de los destrozos de la DANA. Toca madrugar porque se esperan problemas en los accesos a los municipios, y es que esta es una de tantas historias en la marea de voluntarios contra el lodo que estas semanas se están volcando con la ayuda a unos afectados que, según relatan estos voluntarios, «necesitan desahogarse, el apoyo psicológico es casi tan necesario como que les saques barro». El día en el voluntariado realmente no comenzó esa jornada. «Qué necesitamos?, ¿qué tenemos que llevar?, ¿dónde podemos ayudar?», son las preguntas que se hacen los días anteriores. Equipados con herramientas, EPI y comida parten hacia este municipio valenciano, donde les espera una médica del Hospital de Cuenca, que es natural de un municipio
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