El estado de la salud de la población de la Unión Europea todavía no alcanza los niveles esperados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Así lo confirma la última estadística publicada por ‘Eurostat’ que analiza el cumplimiento de estos objetivos de cara a 2030. Aunque se han producido avances puntuales en indicadores como el tabaquismo o la reducción de muertes por contaminación, el balance general es de estancamiento e incluso retroceso en aspectos clave como la esperanza de vida saludable y el acceso efectivo a la atención sanitaria.
Según los datos, en 2022 un niño nacido en la UE podía esperar vivir 62,6 años sin discapacidades graves o moderadas, una cifra inferior a los 64 años registrados en 2016. Esta disminución se ha visto especialmente influida por los efectos de la pandemia de Covid-19, que interrumpió la tendencia positiva anterior. Además, hay grandes diferencias entre los países porque, mientras Malta lidera con 70,2 años de vida saludable, Letonia apenas alcanza los 54,2.
La pandemia también dejó una huella en la percepción de la salud por parte de los ciudadanos. Aunque en 2023 el 67,9% de los europeos valoraba su salud como buena o muy buena, la cifra aún no recupera los niveles previos a la crisis sanitaria. Las diferencias también son evidentes en función del lugar de residencia, el nivel de discapacidad y el género: los hombres perciben mejor su salud que las mujeres, pese a que estas gozan de una mayor esperanza de vida saludable.
El consumo de antibióticos no disminuye al ritmo necesario para alcanzar los objetivos marcados para 2030
Uno de los puntos más destacados del informe es el aumento de la necesidad insatisfecha de atención médica, un fenómeno que refleja la presión que aún sufren los sistemas sanitarios europeos. Al mismo tiempo, el consumo de antibióticos no disminuye al ritmo necesario para alcanzar los objetivos marcados para 2030.
En cuanto a los determinantes de la salud, el sobrepeso y la obesidad continúan siendo uno de los grandes retos. Más de la mitad de la población adulta de la UE tiene sobrepeso, y un 14,8% es obesa. A pesar de una leve mejoría en los últimos cinco años, factores como la edad, el nivel educativo y el país de residencia siguen influyendo significativamente.
Por el contrario, la proporción de fumadores ha caído de un 29% en 2009 a un 24% en 2023. Esta tendencia positiva, especialmente entre los mayores de 55 años, contrasta con la alta prevalencia del tabaquismo entre los jóvenes de entre 25 y 39 años. Además, persisten desigualdades socioeconómicas claras: quienes enfrentan dificultades económicas tienden a fumar más.
BAJAN LAS MUERTES POR CONTAMINACIÓN Y POR ACCIDENTES LABORALES
Por su parte, en términos de medio ambiente también hay datos positivos. Las muertes prematuras atribuibles a la exposición a partículas finas (PM2.5) han caído un 44,6% desde 2005. Si la tendencia continúa, la UE podría cumplir su objetivo de reducir un 55% este tipo de mortalidad para 2030. Aun así, la contaminación atmosférica sigue afectando desproporcionadamente a los grupos más vulnerables, como niños y personas con bajos ingresos.
La evolución de la mortalidad evitable refleja también los efectos de la pandemia. Aunque las cifras han mejorado desde el pico de 2021, en 2022 seguían por encima de los niveles prepandémicos. La Covid-19 se mantuvo como una de las principales causas de muerte evitable, junto a las cardiopatías isquémicas y los cánceres de vías respiratorias.
Las muertes por accidentes de tráfico han disminuido un 10,4% desde 2019, y las causadas durante el trabajo han caído de 1,79 a 1,66 por cada 100.000 personas empleadas
Por otro lado, los accidentes laborales y de tráfico muestran una tendencia a la baja. Las muertes por accidentes de tráfico han disminuido un 10,4% desde 2019, y las causadas durante el trabajo han caído de 1,79 a 1,66 por cada 100.000 personas empleadas. No obstante, el ritmo de reducción es insuficiente para alcanzar los objetivos de la UE para 2030, según reflejan las estadísticas.
En conjunto, los datos revelan que el progreso hacia el ODS 3 en la UE es desigual, lento y aún muy afectado por los efectos de la crisis sanitaria de Covid-19. A pesar de algunas mejoras puntuales, el informe concluye que la salud y el bienestar en Europa necesitan políticas más decididas, inversiones sostenidas y un enfoque más equitativo para no dejar a nadie atrás.
Fuente: https://www.consalud.es/
