Voluntarios de Cruz Roja colaboran en la prevención de incendios en La Manchuela

Hace ya algo más de tres semanas que las alertas de riesgo por incendio forestal del Plan INFOCAM se han convertido en un recordatorio diario en la provincia de Albacete, y es que el cambio climático está incrementando los fenómenos meteorológicos adversos, siendo cada vez más comunes las olas de calor y las temperaturas elevadas.

Una situación que, mezclada con las tormentas secas, el uso de maquinaria agrícola o las prácticas incívicas y los descuidos, forman el escenario perfecto para el origen de conatos que, si no se controlan, pueden acabar en incendios forestales.

Un proyecto pionero para evitar incendios

Con el objetivo de prevenir estos supuestos, voluntarios de Cruz Roja, de las asambleas de las localidades albaceteñas de Villamalea, Casas Ibáñez y Mahora, han iniciado un proyecto pionero para evitar estos fuegos y, en caso de que ya se hayan originado, alertar a los servicios de emergencias y agilizar las labores de extinción.

«Cada día la climatología es más adversa y los veranos son más largos, además, el monte va creciendo y la agricultura se está abandonando, por eso decidimos lanzar esta iniciativa, porque cuidar nuestro medio ambiente es una tarea de todos«, ha explicado Carlos Gómez, coordinador del proyecto en Casas Ibáñez.

Así, una veintena de voluntarios se han formado en prevención y detección temprana de incendios, aprendiendo a identificar los tipos de columnas, los colores del humo, la interfaz agroforestal o la legislación básica, para poder alertar de estos indicios, así como asesorar a los agricultores sobre cuándo se puede o no quemar rastrojos o usar las cosechadoras.

Informar sobre caminos, accesos y puntos de carga de agua

Igualmente, se han formado sobre el terreno para poder guiar a los profesionales de los servicios de extinción sobre los caminos, accesos y puntos de carga de agua. «Muchas veces vienen trabajadores de otras poblaciones de alrededor que no conocen la zona, nuestro trabajo aquí es aconsejarles de por dónde pueden pasar los camiones o qué rutas son más cortas y seguras».

Para iniciar su trabajo, consultan a los agentes medioambientales sobre qué horas son las de mayor riesgo de incendio. Es durante ese periodo, de aproximadamente tres o cuatro horas, cuando aprovechan para realizar las rutas de vigilancia. «No podemos tener al voluntariado doce horas en el monte, entonces hacemos las rutas en hora punta, cuando más posibilidades de incendio hay».

Mayor peligro en los valles del Cabriel y el Júcar

Según indica Gómez, aunque a día de hoy «en cualquier punto se puede iniciar un fuego», prestan especial atención a las vertientes del valle del Cabriel, «donde en esta época se producen más tormentas secas», así como a la zona de Tamayo y la vertiente del Júcar, desde las caídas de Jorquera, Valdeganga y Mahora.

El proyecto lleva funcionando en la provincia desde principios de junio, con muy buenos resultados. Ahora, esperan que se animen cada vez más personas “para cuidar nuestros montes y nuestro entorno”.

Fuente: https://www.encastillalamancha.es/

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marzo, 2024

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