“Un maltratador siempre es un maltratador”, coinciden los expertos. Y aunque las formas pueden cambiar, el patrón de violencia se mantiene, incluso, y especialmente, cuando el agresor se jubila. Los años de retiro, lejos de traer tranquilidad a muchas familias, intensifican el control y la violencia sobre mujeres que llevan décadas atrapadas en relaciones abusivas. Una realidad poco visible, pero presente en demasiados hogares. Una época completamente distinta a la de ahora Aunque la violencia machista no entiende de edades, ni sexo ni estatus social, es partir de los 65 años – coincidiendo con la finalización de la vida laboral– cuando comienza una violencia más agresiva por parte de los maltratadores. A día de hoy se habla de mujeres que cuando comenzaron con esa pareja se encontraban en una época completamente distinta a la de ahora. No existía una legislación específica, el maltrato se normalizaba, el control del hombre era
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