Casi cada semana en España aparecen casos relacionados con la trata de personas en los medios de comunicación, lo cual refleja una realidad persistente: el país se mantiene entre los principales puntos de tránsito y destino en Europa para estas víctimas, en su mayoría explotadas sexualmente. El fenómeno está ligado a la migración, la falta de recursos económicos y las dificultades para acceder al mercado, entre otros factores, según datos de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (Apramp), donde recuerdan que la trata constituye una grave violación de derechos humanos.
Las redes de trata operan principalmente con mujeres, en su mayoría extranjeras, que llegan engañadas o coaccionadas. Y aunque no existe un perfil de víctima, señalan desde Apramp, “sí existe un punto en común entre todas y es la situación de vulnerabilidad en la que se encontraban y de la cual se aprovechan los victimarios para captarlas y explotarlas”. En el caso de la explotación sexual, muchas de ellas proceden de América Latina, sobre todo de Venezuela y Colombia, aunque también son numerosas las víctimas españolas, mientras que en la trata con fines de explotación laboral hay más víctimas de origen pakistaní e indio, además de países latinoamericanos.
‘Mercancía humana’
De ahí la importancia de crear campañas de sensibilización como la que han puesto en marcha un grupo de estudiantes de la de IE University en colaboración con Apramp, titulada ‘Mercancía humana’, al entender que el principal obstáculo no es solo el crimen en sí, sino “la falta de visibilidad y conciencia social”. “La trata no siempre se presenta con cadenas. A menudo se esconde tras una sonrisa amable, una oferta laboral por redes sociales, un billete de avión y una promesa vacía. Es una forma de esclavitud moderna”, explican.
“Se trata de mujeres vulnerables que buscan una mejor vida y a menudo son engañadas con trabajos que no existen. Al llegar a España les quitan su documentación y acumulan una deuda que deben pagar con su cuerpo”, dice a Infobae Sofía Merizalde, una de las estudiantes que participa en la iniciativa, que consiste en una instalación artística que obliga al transeúnte a mirar a una mujer real dentro una vitrina, “envuelta y etiquetada como un paquete de envío, porque eso son para las redes de trata: mercancía”.
Datos preocupantes
Eurostat registró en su último informe de víctimas de trata detectadas en Europa en 2023 cerca de 10.800 personas, de las que un 63% eran mujeres y niñas explotadas sexualmente. Y aunque se desconoce la cifra real de víctimas de trata en España, debido precisamente a las dificultades para identificar y registrar los casos, según los datos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, en 2024 fueron liberadas un total de 1.794 mujeres, de las que 32 eran menores. Este balance es el resultado de 419 operaciones, que desembocaron en la detención de 966 personas y la desarticulación de 110 organizaciones y grupos criminales, lo que incluyó ocho casos de trata con fines de matrimonio, en los que seis de las víctimas eran menores de edad.
Lo que sí pueden corroborar en Apramp, organización que lleva trabajando 40 años en España, es que los datos oficiales “son solo la punta del iceberg de la realidad de la explotación sexual y la trata en nuestro país” y cada año se detectan nuevos lugares donde las mujeres son explotadas, así como nuevas víctimas.
Además, tras la pandemia, el universo digital se ha convertido en un entorno donde las redes de trata reclutan y explotan víctimas con mayor discreción. El acceso limitado de las autoridades y las organizaciones especializadas a estos espacios dificulta la detección y protección de las personas afectadas, por lo que la organización insiste en la importancia de avanzar en la investigación y fortalecer la cooperación con las plataformas digitales para prevenir y combatir este delito.
Fuente: https://www.infobae.com/