En España hay un teléfono que nunca se apaga, tampoco en verano. Lo gestiona la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), que desde hace cuatro décadas acompaña a mujeres y niñas víctimas de trata y explotación sexual. En pleno mes de agosto, cuando casi todo parece detenerse, la prostitución sigue siendo un problema que no conoce vacaciones. Rocío Mora, directora ejecutiva de APRAMP, nos atiende al teléfono: “España sigue manteniéndose en las posiciones establecidas por los informes internacionales como país de tránsito y destino para la explotación sexual de mujeres”. La ausencia de cifras oficiales sistemáticas no significa que el problema sea menor. “Las víctimas no llaman a nuestra puerta anunciando que están siendo explotadas. No se identifican como tal: están coaccionadas, amenazadas, aisladas de su familia y de cualquier apoyo. Además, sus explotadores les inculcan que nadie puede ayudarlas o que la policía
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