Conseguir una entrada para los grandes conciertos más populares suele ser complicado: hay filas virtuales en las que los consumidores se desesperan durante horas y, muchas veces, sin éxito. Hay empresas que aprovechan bots informáticos para hacerse con ellas (una práctica ya prohibida) y luego esas mismas entradas aparecen en otras webs a precios que duplican y hasta quintuplican el original. Para frenar este abuso, la ley de consumo sostenible —que va este martes a Consejo de Ministros en primera lectura— prohibirá la reventa que incremente el precio de las entradas más allá del IPC. Como adelantó EL PAÍS, la norma prohibirá la publicidad de combustibles fósiles e impulsará la reparación de aparatos y electrodomésticos. En España, es ilegal revender entradas en la calle (como hacen los denominados reventas en algunos espectáculos, como fútbol o toros), pero no así hacerlo de forma online. Sin embargo, no es lo mismo que
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