En un mundo marcado por crisis sucesivas y desigualdades persistentes, el voluntariado emerge como una respuesta silenciosa pero esencial. A las puertas del Año Internacional del Voluntariado para el Desarrollo Sostenible (2026), es momento de devolverle la visibilidad y el reconocimiento que merece. Hay temas que nunca pasan de moda, y uno de ellos es el voluntariado. En cualquier contexto —político, económico o social— el voluntariado sigue siendo actual. Es, en esencia, una respuesta profundamente humana ante necesidades que no cesan. ¿Por qué? Porque toda organización social, todo movimiento solidario, nace de un gesto voluntario. Son los voluntarios quienes aparecen en las grandes tragedias, en las emergencias, en los vacíos que el Estado no puede llenar. Lo vimos durante la pandemia: miles de personas se movilizaron para coser mascarillas, repartir alimentos, acompañar a los mayores o cuidar a los más vulnerables. El voluntariado es el primero en llegar y, muchas
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