Todos lo sabemos, aunque a menudo prefiramos mirar hacia otro lado: estamos consumiendo a un ritmo insostenible para el planeta. Según el ‘Global Footprint Network’, cada año agotamos los recursos disponibles mucho antes de que termine el calendario. La buena noticia es que nuestras elecciones individuales, lejos de ser insignificantes, forman parte de la ecuación. No se trata de vivir con culpa, sino de actuar con coherencia.
Desde El Eco de LOS40 te damos cinco consejos para hacerlo. Pequeñas pautas que pueden resultar muy útiles en el día a día de cualquier ciudadano comprometido con el futuro del planeta.
1. Piensa antes de comprar. El primer gesto es tan simple como detenerse un momento. Preguntarse si realmente necesitamos lo que vamos a adquirir evita compras impulsivas que a menudo terminan convertidas en residuos. Esta pausa consciente reduce el desperdicio y nos reconcilia con un consumo más pausado y reflexivo.
2. Apuesta por la calidad, no por la cantidad. Frente a la cultura de lo desechable, conviene optar por productos que duren más. Un electrodoméstico reparable, unas zapatillas resistentes o una prenda confeccionada con buenos materiales generan menos impacto a largo plazo. Comprar menos, pero mejor, puede suponer también un gran ahorro para el bolsillo.
3. Da prioridad a los productos locales y de temporada. La huella ecológica de lo que comemos y usamos depende en gran medida del transporte. Apostar por alimentos de cercanía y de temporada favorece a la economía local, reduce emisiones y nos conecta con los ritmos naturales. Es un círculo virtuoso que beneficia tanto al entorno como a nuestra salud.
4. Reduce el plástico de un solo uso. Botellas, bolsas, envases: el plástico desechable invade nuestra vida cotidiana. Sustituirlo por alternativas reutilizables —cantimploras, bolsas de tela, recipientes duraderos— es una acción sencilla con un enorme impacto ambiental.
5. Repara, reutiliza, comparte. La economía circular empieza en casa. Reparar aquello que se estropea siempre que sea posible, reutilizar lo que aún tiene vida y compartir lo que no usamos transforma nuestra relación con los objetos. Además, las plataformas de segunda mano o iniciativas de intercambio son aliados para extender la vida útil de las cosas.
Fuente: https://los40.com/