Mientras Finlandia celebra su Semana Nacional del Ahorro Energético, un dato ha llamado la atención: el agua caliente se lleva una buena parte del presupuesto doméstico. Según Juhani Lempinen, responsable de producto en la empresa de fontanería Oras, una familia de cuatro personas que se ducha a diario gasta más de 700 euros al año solo en agua caliente.
El cálculo se basa en un consumo medio de 50 litros por ducha de cuatro minutos, lo que equivale a unos 50 céntimos por persona en la zona metropolitana de Helsinki. Una cifra que puede parecer pequeña, pero que al multiplicarse por los días del año y por todos los miembros de la familia, se convierte en un coste notable.
Lempinen recuerda que calentar agua es uno de los mayores consumidores de energía del hogar. “Una ducha de una hora a 38 grados puede equivaler al gasto eléctrico de entre tres y cinco días en una familia media”, apunta. Sin embargo, muchas personas no son conscientes de la magnitud de este consumo y se concentran más en controlar el precio de la electricidad o el uso de los electrodomésticos.
La buena noticia es que reducir ese gasto es sencillo y no implica renunciar al confort. Según los datos de Oras, cerrar el grifo mientras uno se enjabona puede reducir el consumo a la mitad, pasando de 50 a unos 25 litros por ducha. “Si todos adoptáramos este hábito, el impacto energético sería notable”, asegura Lempinen.
El experto recuerda además que, tradicionalmente, los finlandeses ha n sabido aprovechar mejor el agua: “En una sauna de campo, muchos se lavan con apenas 10 litros, lo que demuestra cuánto se puede ahorrar con un poco de conciencia”.
La tecnología también empieza a ofrecer soluciones. Entre ellas, destacan las duchas digitales, capaces de limitar la cantidad de agua utilizada y avisar con luces LED cuando se supera el umbral establecido. Por ejemplo, con una configuración de 30 litros, es posible disfrutar de una ducha completa —mojarse, enjabonarse con el agua cerrada y enjuagarse— sin sobrepasar el límite.
En un contexto de precios energéticos al alza, el mensaje de fondo es claro: ahorrar agua caliente no solo reduce la factura, sino que también contribuye a un consumo más responsable. Y todo empieza con un gesto tan simple como cerrar el grifo unos segundos.
Fuente: https://www.huffingtonpost.es/



