Un estudio del Ministerio de Agricultura señala que gran parte de los alimentos desperdiciados en los hogares se debe a mala planificación. No recordar lo que ya tenemos provoca compras duplicadas y productos que caducan sin haberse usado.
Una despensa bien estructurada es el primer paso para consumir de forma más responsable.
Trucos básicos para una despensa eficiente
- Clasifica por categorías: agrupa cereales, legumbres, conservas, pastas y especias en estantes diferenciados.
- Sistema FIFO (First In, First Out): lo primero que entra debe ser lo primero en consumirse. Coloca los productos nuevos detrás y deja delante los que están más próximos a caducar.
- Recipientes transparentes y herméticos: facilitan ver lo que hay y alargan la vida útil de los alimentos.
- Etiquetas claras: con fecha de compra y de caducidad para no perder la pista.
- Aliados tecnológicos
Hoy existen aplicaciones móviles que permiten escanear códigos de barras, registrar fechas de caducidad y sugerir recetas con lo que tenemos en casa. Estas herramientas convierten el móvil en una extensión de la despensa.
Además, los frigoríficos inteligentes con cámaras interiores y alertas de productos próximos a caducar están empezando a llegar a más hogares.
La despensa como espacio sostenible
Organizar bien los alimentos también ayuda a consumir menos plástico. Comprar a granel, reutilizar envases y preferir productos con menos embalaje son prácticas que reducen residuos y fomentan un consumo más responsable.
- Ideas para evitar el desperdicio
- Planifica menús semanales: compra solo lo necesario para esas recetas.
- Aprovecha envases pequeños: abres menos cantidad y reduces el riesgo de que se estropee.
- Congela lo que no vayas a usar pronto: desde pan hasta sobras de guisos.
- Recetas de aprovechamiento: transforma los restos de la semana en platos nuevos, como sopas, tortillas o cremas.
Beneficios de la despensa inteligente
- Ahorro económico: menos compras innecesarias.
- Salud: acceso más rápido a productos básicos saludables.
- Tiempo: cocinar es más sencillo cuando sabes lo que tienes.
- Sostenibilidad: menos desperdicio significa menor huella ambiental.
La despensa inteligente no es solo un espacio ordenado, es un hábito de vida. Con ella reducimos el desperdicio alimentario, ahorramos dinero y contribuimos al cuidado del medio ambiente.
La clave está en planificar, etiquetar y consumir con conciencia, haciendo que cada alimento cuente.
Fuente: https://www.estrelladigital.es/