Leva nueve años como voluntario en un proyecto de acciones solidarias para ayudar a personas vulnerables emprendido por Caixabank. Exempleado de la entidad (prejubilado en 2013), desde 2017 su actividad se dirige a enseñar, a través de talleres, educación financiera.
Es Anastasio Calderón, reside en la localidad toledana Consuegra, donde llegó hace 26 años, aunque es natural de San Martín de Pusa, y en sus años de voluntariado ya ha impartido unas 200 clases, más de 300 horas, también ‘online’. «Empezamos con dos sesiones donde enseño cómo gestionar una economía doméstica clasificando gastos y haciendo presupuestos», explica. En una segunda parte, denominada ‘Tu banco y tú’, instruye a sus alumnos sobre las diferencias entre el TAE (tipo de interés que indica el coste o rendimiento efectivo de un producto) y el TIN (porcentaje fijo que se pacta como concepto de pago por el dinero prestado) o a diferenciar tarjetas.
Son nociones básicas que él conoce como empleado y director que fue de una oficina, pero que la mayoría de ciudadanos ignoran, sobre todo los mayores, personas con discapacidad e incluso reclusos que llevan años en prisión. A estos colectivos van dirigidas sus clases, aunque también acude a institutos, en definitiva, intenta divulgar sus conocimientos de una manera sencilla, afirma.
Un voluntariado que le apasiona. «Me da muchas satisfacciones, te hace ser más empático y soy consciente de que muchos de estos alumnos están en otro mundo, pero soy muy feliz enseñando, lo que más me llena es la cara de agradecimiento que se les queda».
Anastasio explica a sus alumnos, desde un punto de vista neutral y de una manera sencilla, lo que es un préstamo o una tarjeta. Cita cuatro reglas básicas: pedir toda la información que necesites, tenerla por escrito, no firmar nada que no entiendas claramente y buscar, comparar y quedarse con lo que más le convenga al cliente.
Tiene varias frases recurrentes, asegura, para ganarse al alumnado. «Se sorprenden cuando en un primer contacto les pregunto si conocen a Bond, James Bond. Entonces suelto, yo soy Tasio, Anastasio», afirma entre risas y ahí se los lleva a su terreno y mantiene su atención durante los 45 minutos de la clase.
Las anécdotas son muchas también. «Los mayores aún tienen la creencia en la antigua cartilla de ahorros, les cuesta entender que ya no hace falta y entrar en el soporte virtual. No tienen claro lo que es la titularidad en cuentas o lo que es estar autorizado. Antes realizaban el reintegro íntegro de su pensión y al día siguiente ingresaban la cantidad que no necesitaban. Para ellos ha sido difícil el cambio».
Cuenta cómo en una prisión uno de los internos le preguntó, porque le quedaba poco tiempo para salir, sobre las condiciones de la cuenta vivienda, que desapareció hace 15 años, o cómo le abrazan chicos de asociaciones como Down, Apace o Apanas cuando le reconocen en un centro comercial de Toledo. «Son un encanto», admite, y confiesa que a sus 62 años el voluntariado, además de entretenimiento le aporta una alegría extra al sentirse útil.
La Asociación de Voluntarios de CaixaBank, uno de los mayores programas de voluntariado corporativo de España, alcanzó en 2021 la cifra de 5.179 voluntarios y 151.091 beneficiarios, con un aumento del 13% en número de participantes activos respecto al año anterior y del 25% en número de beneficiarios. En Castilla- La Mancha, 144 voluntarios dedicaron 1.513 horas a la labor solidaria, lo que suma 158 actividades de voluntariado para la atención de 3.733 personas en situación vulnerable. El año pasado la Asociación de Voluntarios de Castilla-La Mancha firmó convenios de colaboración con 42 entidades.
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